LIBRO EL BAUL DE LAS PALABRAS

EL SIGNO DE LOS TIEMPOS

La corriente subterránea no necesita

el permiso del día para navegar libre

en las profundidades volcánicas

haciendo alquimia de colores para

vestir el arcoíris, bajo el chasquido

de sonidos que deambulan

en una ciudad sin nombre.

El fuego no requiere el permiso

del invierno cuando brinda su calor

sobre la blanca nieve buscando

los labios cálidos del beso bajo

el impulso apasionado; que tampoco

necesita pedir autorización

y solo requiere la presencia

de dos seres que se aman.

La legiones espirituales se formaron

en la ternura de un amor andrógeno

cubriendo la esperanza sellada

con el cordón plateado del matrimonio,

signo de los tiempos enseñando

que la última palabra… no se dice.

LA PENUMBRA

Llegó diciembre con un amanecer

lluvioso impulsando cerrar las ventanas

de cristales donde los sonidos cuelgan

en gotas que rasguñan alegres

pensamientos.

Relámpagos atraviesan las pupilas

dejando olor a tierra mojada,

haciéndome buscar bajo una almohada

el calor de tu sombra que anida

en mis ojos venciendo la penumbra

vigilante del encuentro.

Ruidos amenazantes dirigen fuertes

tormentas dibujando líneas de fuego

que enmarcan el horizonte sin

talanqueras sobre el crepúsculo

placentero de los sueños.

Déjame buscarte en el vagón

de la soledad para abrigarte

en mis brazos como el niño

que tiembla a los truenos

y lo hace diluir el frío de los luceros

sin el arrullo del afecto.

CAMINOS AL REGRESO

No puedo recoger el pasado

con las manos, porque se desliza

sobre los dedos como agua lluvia

sin permitir ser absorbida entre

labios buscando conocer la historia.

Eres el vaso conductor de mi sangre

recorriendo los túneles cerebrales

dejándome bellos recuerdos

en la ausencia afectiva del presente.

En el verano la Flor de Lotto desaparece

del jagüey, llegue a pensar su muerte

prematura, no dejando raíces para

encontrar caminos al regresar,

convirtiéndola en garza cienaguera;

tras un largo verano no murió la flor,

renaciendo bajo aguaceros formando

el equilibrio del campo que sin darse

cuenta la hace germinar en los labios,

sin dejarse absorber por los inmortales

en su largo recorrido.

UNA LÁGRIMA

Soy un caminante cautivo en las calles,

me acompaña una mujer nacida

bajo el rumor del campo silencioso

con aves sin nombres.

Ahora vivo asustado por la polución

citadina que carcome las ventanas

metálicas y los ojos sin importar

la raza, donde lágrimas bajan

sumisas por el dolor.

Las voces están perforadas

y duermen dentro del óxido

en buses que cuelgan de los puentes

sin barandas esperando iniciar

el recorrido suicida.

Los amantes ya no caminan sobre

tapetes nocturnales buscando

el resplandor de plenilunio, viven

escondidos en campanarios góticos

y mansardas inglesas.

Ahora los perros no ladran a la luna

sino a voces heridas que no encuentran

el calor del ausente.

mi Amigo Emiro Merlano

PLUMAS REFRACTARIAS

El afecto lo conforman dos templos

con vigas de amarre y columnas

de pensamientos que lo hacen resistir

al resquebrajamiento tectónico

de los mares y una reactividad

volcánica del Vesubio.

Te entrego esa luz desconocida

al ojo humano, iluminando nuestra

presencia cristalina.

Buscaré el mapa de navegación

escrutado en las plumas refractarias

del águila blanca, que nos conducirá

por túneles musicales al parque

escondido.

Dame tu amor que sella el compromiso

del hombre y la mujer…

Unamos nuestras alas que dejan huellas

en el sonido eterno, donde son

presentadas las almas puras

que piden regresar a la mortalidad.

Encuentre este y otros poemas en el libro EL BAUL DE LAS PALABRAS…


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